Un año más celebramos el día sin coches, una celebración que, al menos en Bilbao, nadie se cree, por eso, en Biziz Bizi, hemos decidido celebrar «El día con los mismos coches»

Mientras en Europa y otras ciudades del estado corren tiempos prósperos para la bicicleta, nuestro ayuntamiento sigue considerandola un elemento figurativo del paisaje urbano, nada que merezca la pena tomarse en serio.

Nos quisimos creer aquellas  declaraciones del concejal al inicio de su legislatura en las que decía que Copenhage era su horizonte pero, dos años despues, nos hemos dado cuenta de que Copenhage, la ciudad donde en 2017 ha habido más desplazamientos en bicicleta que en automovil, sigue siendo su horizonte, un horizonte muy lejano sobre todo, porque no ha habido ni  un solo movimiento que lo acerque.

Durante nuestro breve idilio con el consistorio, Biziz Bizi elaboró y presentó unas propuestas para implantar el uso de la bicicleta. A la vuelta de vacaciones su respuesta ha sido portazo y el encargo urgente a una consultoría de la enésima estrategia que, mucho nos tememos, tendrá la misma suerte que las anteriores. Corría el año 1999 cuando se firmó la red urbana de bicicletas y, a día de hoy, Bilbao es una de las peores ciudades del estado para la movilidad ciclista lo que demuestra claramente, no una falta de planes sino una falta de voluntad.

El día sin coches se estrenará la bicicleta eléctrica pública a pesar de que hemos dicho en reiteradas ocasiones que, en una ciudad no preparada que se circule hasta a 20 kms. por hora por las aceras, va a ser un gran y oneroso problema, por no hablar de que una gran mayoría de personas usarias tenemos nuestras bicicletas y este gasto no nos afecta.

En Biziz Bizi, donde hace más de 20 años, nos reunimos personas usuarias de este medio,  queremos, como nos prometieron, una mesa de la bicicleta para hablar de ella desde la horizontalidad y la cotidianidad. Nos afectan decisiones como la de ejecutar un carril a contramano contiguo a un aparcamiento en batería en el parque de Casilda Iturrizar con un alto grado de peligrosidad pero, ya se sabe, los técnico son técnicos aunque no anden en bicicleta y nosotras no tenemos voz aunque nos jugemos la vida.

Cuando todas las ciudades europeas apuestan por modelos sostenibles que mejoren la precaria salud del aire que respiramos  Bilbao, donde a diario entran la friolera de 313.000 vehículos, da la espalda al futuro olvidando que esos estándares de calidad serán determinantes para su sector turistico ese que proviene de una Europa que se mueve en bicicleta.