Crónica del curso para aprender a andar en bici.  Primavera 2022

Esta semana han aprendido a andar en bici otro buen puñado de mujeres empoderadas, equilibradas, sufridas, como las ha hecho el sistema patriarcal, energéticas y diversas ¿Ingredientes? Los de siempre: tenacidad, valentía, ahínco, aplicación, ilusión y ganas, muchas ganas.

Este es, sin duda, el curso que cualquier enseñante hubiera querido dar y ha sido así durante los 23 años que la asociación Biziz Bizi lleva impartiendo sus cursos voluntarios y gratuitos para aprender a andar en bicicleta.

Con él cerramos un ciclo en el cual más de 1000 personas, la casi totalidad mujeres, han aprendido a andar en bicicleta gracias a la actividad voluntaria de las socias de Biziz Bizi. A veces los planetas se alinean y se da la confluencia perfecta. Han confluido sus ganas y su tesón por aprender, con nuestras ganas y nuestro tesón por enseñar. Han sido años de tensión, nervios, sonrisas, alguna que otra caída, algún que otro moratón y un montón de meriendas de traje.

Pero el éxito no es sólo de las que aprenden, el éxito es también de las que se atreven a intentarlo aunque no lo consigan y vaya para ellas nuestro mas profundo reconocimiento.

El jueves nos escribió un mail Nekane diciéndonos que tenía que abandonar el curso porque en la caída del lunes, a veces, lamentablemente ocurre, se había hecho daño y, aunque había tratado de controlar el dolor con Ibuprofeno, después de 3 días, no remitía. Ya decía ella que andar en bici le iba a costar más que parir y eso que había parido dos veces. Espero poder apuntarme a vuestro próximo curso, continúa, y finaliza, deciros que hacéis un trabajo fantástico dándonos la posibilidad de aprender.

El éxito es tuyo Nekane, por esas ganas de superación y el trabajo fantástico es el de todas las mujeres, que año tras año nos habéis transmitido vuestra energía, vuestra vitalidad y vuestro entusiasmo. Nos hemos nutrido, cual vampiros sobre ruedas, de vuestras sonrisas de satisfacción cuando conseguíais el equilibrio que os daba el pedaleo y el pedaleo que os daba el equilibrio. Porque desplazarnos libremente, con el impulso de nuestras piernas, es un placer sencillo, asequible y gratificante como pocos. Todos vuestros músculos han experimentado durante una semana una tensión desconocida.
Me duele «el chichi» dice Susana riéndose, pero todo pasará y os quedará la sensación siempre liviana del viento en el rostro.

El ayuntamiento de Bilbao saca a concurso los cursos de andar en bici. Ese es también nuestro éxito. Esperamos que esta vez sea un proyecto con continuidad.

Seguiremos en cualquier otro espacio realizando el trabajo voluntario en colectivo pagado con sonrisas o con abrazos.

Un placer reutilizar este espacio de los astilleros de Euskalduna bajo la atenta mirada de Carola para aprender a equilibrarnos, con la falta que nos hace en estos tiempos extraños que corren.